Sostén al bebé cerca de tu pecho, con el estómago contra ti.
Frota la mejilla del bebé con tu pezón, así el bebé volteará hacia ti.
Colócale tanto como sea posible de la parte oscura de la areola de tu pecho en la boca del bebé.
Deja que el bebé succione por 10 a 15 minutos.
Oprime con tu dedo la parte baja de tu pecho, cerca de la boca del bebé para que deje de succionar.
Amamanta con el otro pecho por 10 a 15 minutos.
Deja que tus pechos se sequen al aire.
Entre más amamantes, más leche producirás. La mayoría de los recién nacidos se amamantan cada 1½ a 3 horas. Aún si tu bebé no parece hambriento, trata de alimentarlo cuando menos cada 3 horas durante el día.
Asegúrate de que tu pezón y la mayor parte de la areola está dentro de la boca del bebé. El pecho y las rodillas de tí bebé deben estar en línea contra su estómago. Si es necesario, eleva tu seno con los dedos y aléjalo de la nariz del bebé.
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